Experiencia de servicio en Lincoln
Motivados por los gestos solidarios que realizan durante el año, un grupo de alumnos de 4° y 5° año, acompañados por profesores, participaron de una experiencia de servicio en Lincoln, provincia de Buenos Aires.
“Nosotros ya colaborábamos en comedores, pero teníamos ganas de hacer algo más comprometido, dedicarle más tiempo a eso”, nos cuenta Lourdes de 5° año.
no images were found
Para prepararse para esta experiencia, los chicos se juntaron durante toda la primera mitad el año, una vez por semana, para organizar las actividades que se iban a realizar con la comunidad, así como también otras para recaudar los fondos necesarios.
Una vez en Lincoln, los alumnos, en grupos, visitaron las casas de los vecinos de distintos barrios durante la mañana para hablar con la gente e invitarlos a las actividades que realizaban durante la tarde.
“Nunca creímos que nos iban a abrir las puertas de las casas y fue una experiencia muy linda. Nos recibían, nos invitaban a sentarnos, nos contaban de sus vidas y preguntaban por nosotros”, nos cuenta Bianca de 5° año.
“Al principio las personas no nos esperaban e igual nos invitaban a pasar. Después salimos en la radio y ya éramos conocidos. Visitamos gente que tiene muy poco materialmente pero que te ofrece todo emocionalmente, ellos nos llenaban con sus historias y compartían su tiempo con nosotros”, nos cuenta Juan Manuel de 4° año.
Por la tarde, realizaron actividades recreativas en diferentes lugares. En el merendero René Favaloro; en la Biblioteca Popular en donde había distintos talleres de apoyo escolar, música y arte; en la plaza donde hicieron juegos para los chicos; y también visitaron el hospital y el geriátrico. Además pintaron un mural con la frase “El agua potable es un derecho, no un negocio”, acompañando el reclamo de la gente del lugar.
“Las actividades de la tarde, si bien eran parecidas, eran experiencias totalmente distintas. Rescatamos cosas diferentes de todos los lugares y muy fuertes”, concuerdan los alumnos.
Para todos los que participaron de este viaje fue una experiencia enriquecedora, que les permitió dedicar su tiempo a otros, acompañarlos, compartir y vivenciar que con un gesto simple, se puede hacer la diferencia.
“Fue una experiencia que nos abrió la cabeza, porque una cosa es escuchar lo que les pasa a otras personas, y otra cosa es compartirlo. Nos movilizó mucho, ver esa realidad y saber que con una charla, un juego, un abrazo podés cambiarle el día a alguien que quizás la está pasando mal, es increíble”, cuenta Bianca.
“Yo fui con la idea de que esa realidad está lejos de uno y no puede hacer nada, pero cuando un nene te devuelve una sonrisa sabemos que por lo menos lo hiciste feliz un día. Me quedé con la sensación de que hay esperanza de poder hacer algo y que estamos a tiempo”, comparte Juan Manuel, de 4° año.
“Rescato la calidez con la que nos recibieron los nenes y los abuelos. Nos dieron tanto amor que nos enseñaron a valorar lo que tenemos, a no preocuparnos por cosas insignificantes. Fue hermoso. También el grupo que formamos con los profesores ayudó a que sea una gran experiencia”, Rosario de 4° año.
“Por un ratito formamos parte de mejorarle el día a una persona. Eso a mí me llenó de felicidad y de experiencias que nunca voy a olvidar”, finaliza Lourdes.
Dejá un comentario